sábado, 11 de diciembre de 2010

EL COLÓN DE GANDÍA

LO QUE me llamó la atención desde que lo vi en el estante de una librería del jirón Quilca en el centro de Lima, fue comprobar la enorme cantidad de información que el autor, un desconocido para mí, Enrique de Gandía, ofrecía, con mucha erudición y buen manejo de la información, en su análisis de las fuentes colombinas.

 Me interesó esta Historia de Colón de Gandía porque me podía servir de modelo en cuanto al uso de las fuentes en el periodismo de investigación. Pero, ¿quién era Enrique de Gandía?

Gandía, para que tengan una idea del personaje, era una especie de Luis Alberto Sánchez de la historia argentina (con un centenar de publicaciones en su haber), pero a diferencia del nuestro, ejerciendo con mucho rigor su profesión y no dejando resquicios de duda de lo que brindaba al lector como certeza en sus investigaciones.

De esto último puede uno percatarse cuando Gandía, al exponer los estudios sobre la figura de Cristóbal Colón –de los que se tenía conocimiento alrededor de los años cuarenta– que hizo un tal Rómulo D. Carbia, deshace los argumentos de éste, quien, con falta de fundamentos sólidos, intentó desautorizar a un historiador de las indias como Bartolomé de Las Casas o buscó confundir citas y fechas para, vanamente, adjudicarle a De Las Casas la autoría de la obra del hijo de don Cristóbal, Hernando Colón, Historia del almirante Cristóbal Colón.

Por otra parte, el autor, en este estudio hermenéutico de las fuentes colombinas, trató con sumo cuidado a los colegas de su época cuando se trató de juzgar su propia actuación de las fuentes. Este fue el caso del erudito Celso García de la Riega, quien en un exceso de celo, para confirmar su teoría de un Cristóbal Colón gallego –y no genovés, como la mayor parte de los estudiosos sostenía–, se le ocurrió la peregrina idea de retocar con tinta cierta documentación donde figuraba el apellido Colón, ocasionando esto último que se le acusara de falsificador.

Gandía, buscando el equilibrio en el juicio y resaltando la opinión de paleógrafos que analizaron estos documentos y certificaron la honestidad y la buena fe de García de la Riega, rescató la correcta imagen del colega caído y con ello dar una lección de decencia y responsabilidad histórica.

Asimismo, en este trabajo de Gandía encontramos al peruano Luis Ulloa, conocido por sus trabajos sobre límites, quien es discutido por el argentino por sostener una supuesta patria catalana de Colón. Gandía se encarga de desmontar las piezas de la tesis del erudito peruano y demostrar que no existe prueba seria alguna que sostenga esta afirmación.

Con seguridad, si tomamos en cuenta la fecha de publicación de Historia de Colón (1942), ya han aparecido trabajos que han enriquecido, mejorado, corregido y aumentado la visión de Gandía sobre su biografiado, pero lo que no se puede reconocer, sin caer en la mezquindad, es que esta investigación de Enrique de Gandía es digna de leerse en la actualidad como ejemplo para los historiadores y, por qué no, para los periodistas actuales de cómo tratar las fuentes y de cómo ser escrupulosos con la información para no caer en la inexactitud y el facilismo. Gandía, en ese sentido, como lo fue Porras Barrenechea, todavía es un modelo a seguir.

Freddy Molina Casusol
Lima, 11 de diciembre de 2010

UNA TESIS SOBRE YEROVI

HAY tesis que se convierten en libros como esta de Paulo Piaggi sobre el destacado dramaturgo Leonidas Yerovi, o como la que no muy reciente...