domingo, 14 de mayo de 2017

PERESTROIKA

A FINES de los ochenta, el sistema socialista diseñado por los seguidores de Marx y Lenin en la Unión Soviética, se resquebrajó. El héroe cultural que condujo la transformación de un país con una democracia centralizada en un Comité Central (“Politburo”) a una de corte occidental, fue Mijaíl Gorbachov. Él escribió un libro pequeño, pero de poderosa influencia, llamado “Perestroika” (en español, “Reestructuración”) donde explicaba todas las ideas de transformación económica y política para la sociedad que dirigía. La Perestroika pretendió renovar los cimientos anquilosados de un sistema desgastado, lastrado por la lentitud de una burocracia estatal, y carente ya de creatividad entre sus ciudadanos. Gorbachov al liberar las fuerzas sociales con su complemento la Glasnot (o “Apertura”), no pensó que estas, en su expansión, fueran a minar el propio sistema hasta provocar su derrumbe. Contenidas, una vez libres, se volvieron hacia su creador ocasionando su caída.

La Perestroika, el libro de Gorbachov, es un magnífico diagnóstico del sistema soviético hasta ese momento. El influjo de John Stuart Mill (Sobre la libertad) en sus páginas se puede rastrear. Hay una visión de la historia, una mirada de conjunto de los acontecimientos que marcaron aquella época. A muchos entusiasmó el experimento social de Gorbachov, pues creían de buena fe que el socialismo debía renovarse desde sus entrañas, y que la vieja guardia comunista –representada por el Secretario General Leonid Brezhnev– era un estorbo para el despegue del Oso ruso.

La caída del muro de Berlín en 1989, fue el aviso de que todo el engranaje totalitario montado por la ex URSS en diversas partes del mundo, en cualquier momento se iba a desmoronar. La Perestroika coadyuvó a que esto sucediera. La asunción al poder dos años después de Boris Yeltsin, un disidente del Partido Comunista, luego de una serie de acontecimientos impredecibles, y la disolución de la Unión Soviética, fue la culminación de todo el proceso. Nadie concebía que un sistema tan poderoso por fuera (por algo llamaron la Cortina de Hierro al conjunto de sus satélites), fuera tan frágil por dentro.

La Perestroika fue el canto de cisne de un modelo de sociedad que se resistía a perecer, y que no necesitó de violentos conflictos sociales, como proclamaba la filosofía que lo sostenía, para pasar a otro.

El libro de Gorchavov nos cuenta la historia de esa “reestructuración”, el porqué era indispensable, aunque en su transitar se fuera por otro camino. Nos puede decir aún con su honesta mirada, lo que debemos hacer para que la historia no se repita en el desarrollo de nuestras naciones.

Freddy Molina Casusol
Lima, 15 de mayo del 2017

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