viernes, 12 de abril de 2024

LA GRAN USURPACIÓN

ME CAÍA muy mal Omar Chehade, exvicepresidente de Humala, pensaba que era un traidor por salir a atacar al expresidente y a su mujer, la señora Heredia, cuando el viento corría en contra de ellos. Pero luego de leer su libro La gran usurpación y atender sus descargos respecto al caso en que estuvo involucrado –el que lo llevó a renunciar al cargo de segundo vicepresidente–, y conocer las revelaciones en relación al manejo del despacho presidencial, mi percepción ha cambiado. No se trata, por si acaso, de una cuestión de género, de que se trata de perjudicar a la señora Heredia, de que hay un machismo soterrado, de que se le quiere negar un bien ganado protagonismo. Se trata simplemente de conocer lo que ocurrió entre los años 2011-2016 en el Palacio de Pizarro, y de quién, realmente, ejerció el poder. Es verdad que lo de Chehade es un testimonio de parte y que falta conocer la versión de Nadine Heredia. Sin embargo, a la luz de lo leído en el libro, uno puede establecer como conclusión preliminar que la señora Heredia se entrometió en decisiones importantes relacionadas al mandato que recibió su esposo por elección popular, y que indebidamente influenció sobre él en otras provocando con su participación –que rebasaba las de Primera Dama– una serie de inconvenientes que incidieron, incluso, en el abandono de una serie de parlamentarios de las filas del nacionalismo, debilitando así al gobierno y amenazando, de paso, la gobernabilidad del país en el quinquenio pasado. Nadine Heredia no fue elegida para ejercer función alguna, pero, en la práctica, de acuerdo a la versión de Chehade, ella era la que gobernaba. Resulta patético leer en una determinada situación narrada por Chehade, ver cómo el presidente Humala se tomaba el rostro sin saber qué decidir, lamentándose que la señora Heredia –que estaba de viaje– no estuviera allí. Elegimos a un mandatario, no a una marioneta. Chehade en este libro trata de lavar su imagen, bastante deteriorada en un momento. Al parecer lo logra, pero con todo queda el sinsabor de conocer que a pesar de que la pareja Humala-Heredia le bajó el dedo, siguió colaborando con ellos, y solo casi al final del mandato de Humala logró desmarcarse para manifestar una abierta oposición. Eso se ve como un calculado oportunismo. De cualquier forma, su libro es una contribución, desde el lado de las memorias políticas, para conocer una parte reciente de la historia del Perú, esa que los políticos nos ocultan y que los periodistas no logran desentrañar.

Lima, 19 de noviembre del 2016

Crédito de la imagen: Librerías San Francisco


LA GRAN USURPACIÓN

ME CAÍA muy mal Omar Chehade, exvicepresidente de Humala, pensaba que era un traidor por salir a atacar al expresidente y a su mujer, la señ...