jueves, 10 de abril de 2008

LA CRÍTICA DEL CINE DE REFERENTE ANDINO: el caso de José Carlos Huayhuaca

Resulta paradójico que el crítico más preparado para hacer una película de referente andino, no la haya hecho nunca jamás. José Carlos Huayhuaca (Cusco, 1949), colaborador y fino ensayista de la revista Hablemos de cine, autor de varios artículos y ensayos sobre cinematografía andina, le pasó, en nuestra opinión, lo que Macera dijo sobre Porras, Valcárcel y Jorge Guillermo Leguía: "No han completado su obra y han hecho menos de lo que su grandeza podía dar". Si bien es cierto esta puede ser una crítica excesiva, la medida es justa si se tiene en cuenta que Huayhuaca ha sido uno de los principales –aunque es bueno subrayar no el único– fustigadores del cine de referente andino, enarbolado principalmente por Federico García. Es una lastima que no la haya hecho, pues, él posee, la imagen, el trazo, que puede seguir ese cine; él maneja el delicado bisturí del lenguaje cinematográfico que podría dar forma a ese cine que ha calificado por su escritura de “rudimentario”. Ha sido un desajuste de cuentas que el cineasta Huayhuaca haya cedido el paso al ensayista. Pablo Guevara, uno de sus colegas y más duros críticos (lo acusa de un “esteticismo enfermizo”), decía de él cuando todavía no se aventuraba a hacer un largometraje: "Por ejemplo, un cineasta como Huayhuaca, con todo lo perfecto que es –porque busca la perfección, la calidad en la técnica– siempre tiene la propuesta correcta sobre el género que trata. Se nota que conoce, que ha visto, que ha gustado y que ha visto el peso. O sea que su puesta en escena nunca es mala. Digamos que es uno de los cineastas con más visión de puesta en escena que hay en el Perú. Auténtico ah, auténtico. Pero, ¿qué es lo que pasa?, no entiendo qué es lo que evade. Tiene los elementos mecánicos, operativos, para ir más lejos y no va más lejos[1]". Lo mismo se le puede aplicar ahora para el cine de referente andino. Quizás sea por el prurito de ser descubierto en falta cinematográfica el que no arriesgue y se diga de él finalmente: “es un buen crítico, pero no un buen realizador”, como parece sentenciarse luego de verse en las pantallas Profesión Detective, una película muy alejada de sus verdaderos intereses reflejados en su producción escrita. Tal vez sea que en el fondo le pasa lo que a ciertos artistas asalta en el momento decisivo: que un insondable temor se apodere de él a la hora de expresar una realidad, que como a Chambi –a quien bien ha retratado– lo llama urgentemente. Cuando en 1991, le preguntan por qué a diferencia de otros cineastas cusqueños, no optó por un cine de referente andino, él contesta: "Por razones puramente financieras, no he conseguido el socio que me complemente en ese aspecto, y yo tengo muy mala habilidad para esas cosas, me concentro en los problemas puramente artísticos, en fin, ese es otro asunto, con esto solamente quiero explicar que entre los muchísimos proyectos que pude haber hecho y que tengo la esperanza de hacer en el futuro, sin duda hay películas que tratan del mundo andino, sino que me parece que hablan desde ese punto de vista[2]". Él ha pasado años auscultando ese mundo. Lo conoce, pero sospechamos, no lo ha terminado totalmente de asumir. Su mirada es la de un observador; la de un intelectual que no se compromete con su entorno. Él ha asumido la visión de un antropólogo, probablemente la de su admirado Levi Strauss, de quien ha bebido las aguas del estructuralismo. ¿Pero eso es malo?, se preguntará alguien desconcertado. Ciertamente no. Es una opción. Quizás se siente más cómodo pergeñando, a través de ensayos, una realidad que no se acomoda en él. No obstante, sería inexacto y tendencioso decir que él no ha abordado visualmente la realidad andina. Sí, la ha abordado, pero penínsularmente, en su libro Martín Chambi, fotógrafo; y luego –descontando un proyecto de largo sobre Huamán Poma de Ayala con el que ganó la beca Guggenhein– un ominoso silencio visual se ha cernido sobre él. De Huayhuaca podemos decir por último que, para el cine andino, fue una promesa que no fue.

Freddy Molina Casusol

Crédito de la foto: http://www.caretas.com.pe/1447/cine/86-1-c.gif
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[1] Ver "Cine peruano: no hay capacidad para ver el país" (Entrevista a Pablo Guevara), en Cine Club No. 45, diciembre de 1983, p. 75.
[2] Ver "Mi formación es estructuralista" (Entrevista al cineasta José Carlos Huayhuaca), Freddy Molina y Fabricio Rebatta, en Revista, sección cultural del diario El Peruano, Lima, 4 de junio de 1991, p. V.

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