miércoles, 5 de agosto de 2009

EL ESTILO DE “LA PRIMERA”

CADA VEZ que leo La Primera tengo la impresión que el país está al borde del caos, que todo marcha mal y que en cualquier momento el gobierno va a ser derribado. Para La Primera, diario que ocupa el espectro político que décadas atrás dejara El diario de marka, nada funciona bien, todo es un desastre y los TLC que firma el Perú con el resto de países del mundo, merecen ser observados de antemano por ser sospechosos de lesionar los intereses nacionales. La Primera, un diario que sigue los lineamientos de César Lévano, periodista de filiación marxista-leninista, quien en el invierno de su vida ha encontrado el lugar adecuado para expresar su descontento con el sistema económico liberal, apuesta por una oposición dura. Sus editoriales, cargados de críticas y denuncias en contra del Estado, disfrazan esa vieja consigna leninista de agudizar las contradicciones punzando en el descontento de la gente, para así encarrilarla sutilmente hacía un terreno peligroso –que no aclara bien, pero que se parece mucho a uno que cruzó alguna vez la Rusia bolchevique en 1917 y la Cuba de Fidel Castro en 1959–.

En las páginas de La Primera uno puede encontrar como columnistas a Ricardo Letts, fervoroso creyente de la insurgencia y la lucha armada para tomar el poder; a Tomás Borge, actual embajador de Nicaragua en el Perú y ex guerrillero sandinista; y a César Hildebrandt, un periodista antes ponderado y ahora ganado por sus excesos verbales que le han hecho perder audiencia en la opinión pública.

La línea de La Primera, antagónica a la del gobierno socialdemócrata del Apra, es nacionalista, izquierdista y defensora de las causas sociales. Así se la podría definir a partir de la lectura de sus diferentes secciones.


La cobertura informativa en Bagua

En el conflicto ocurrido en la zona amazónica de Bagua, La Primera destacó en sus titulares y páginas interiores todo lo relacionado a los levantamientos, paralizaciones y toma de carreteras, presentando al Ejecutivo como incapaz de solucionar y escuchar el punto de vista de la población en relación a dos decretos supremos que supuestamente lesionaban los intereses de la Amazonía Peruana. El diario se las arregló para mostrar una sola cara de la moneda, disminuyendo o devaluando todo tipo de información que condujera a un tipo de solución pacífica. Un ejemplo de ello es el suplemento publicado el 29 de junio (“Bagua: la otra verdad). En éste se consigna sólo la versión de uno de los bandos en contienda: la de los nativos Awajún. La de los compañeros de los policías degollados –cuyos cuerpos sanguinolientos llenaron de horror las pantallas de televisión– no existió en la mente del redactor, limitándose éste a presentar el hecho desde el ángulo que mejor podía explotar el medio: el del minar la credibilidad del gobierno.


Por la ruta de Chávez

Para La Primera, el país debería seguir –no lo dice abiertamente, pero es allí por donde apunta– la ruta de una Asamblea Constituyente, tal como lo han hecho Venezuela, Ecuador y Bolivia. El periódico se las ingenia para filtrar esta idea en la mente de los lectores a través del sesgo que le da a las noticias. La Primera alienta el proyecto liderado por el presidente venezolano Hugo Chávez, consistente en crear un bloque “bolivariano” para poner freno al “Imperio” –entiéndase los Estados Unidos– en América Latina. Para ello cada nación debe refundarse mediante la dación de una nueva Carta Magna aprobada en una Asamblea Constituyente, la cual debe eliminar todo residuo de iniciativa privada y libre mercado. Lo peligroso del asunto es que detrás de este modelo peligran las libertades de expresión e información, como ha quedado demostrado en Venezuela donde la disidencia es perseguida y la voluntad de Chávez convertida en ley debido a un poder judicial sometido a sus arrebatos.

 

Periodismo de denuncia, antisistema

Las denuncias de Raúl Wiener sobre los manejos turbios y negociados en el gobierno o los artículos de Zenón de Paz invitando, desde temas educativos, a la discusión de ideas, son dignos de atención. Pero todo aquel como Gonzalo García Nuñez, Sinesio López y Héctor Béjar –el otrora autor de Las guerrillas de 1965–, que diga que por las medidas del gobierno “nos estamos yendo al fondo del pozo”, es inmediatamente bien recibido.

El país necesita diarios de oposición que tengan una clara línea política, que fiscalicen y que ejerzan un tipo de crítica al sistema; pero no para destruirlo desde adentro como parece ser la intención de La Primera. Para eso existieron semanarios como Cambio –vocero encubierto del MRTA– o periódicos como El Diario –dirigido en su segunda etapa por el tristemente célebre Luis Arce Borja y portavoz de "Sendero Luminoso"–. Y ya sabemos cómo acabaron: en el descrédito y la más completa orfandad de lectores.


Freddy Molina Casusol

Lima, 05 de agosto de 2009





Crédito de la imagen: http://www.diariolaprimeraperu.com/online/images/tapas/2009/junio/10.jpg, https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhn6B70lkPCPg1kZOjaqOPGty741Uznj7yL8HyoYqMD4TGHXCV6ru0OJOX1ot016HXmJY9WEwNmQGFZ3GhzwJ6i4DnuTtG6Hy6mymfstdpIic4zX112JPNVlok7_IK6o8oGRHkmTOz9eH7x/s320/bagua1.jpg

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