Lo compré por la entrevista al escritor Mario Vargas Llosa (hecha al alimón con Jeremías Gamboa). Pero leí todas las demás y pensé que al libro de Alonso Rabí bien se le puede aplicar lo que Vargas Llosa dice sobre José Miguel Oviedo: que está sustentado en un amor por la literatura. No hay una sola esquina de Animales Literarios (Aguilar, 2008) donde no se reconozca esto cuando carea a sus 17 entrevistados. A éstos los ha tratado Rabí con respeto, finura y sensibilidad. A diferencia de otro buen libro de entrevistas, como el de Hildebrandt –Cambio de palabras–, en el que escritores de la talla de Borges aparecen acompañados de políticos como Velasco Alvarado, Rabí ha focalizado su atención solo en literatos, vale decir en novelistas, críticos y poetas que comparecen con él. Rabí ha trabajado con cuidado sus Animales. Con buen tino ha añadido, al comienzo o al final de cada una de las entrevistas, reflexiones sobre sus entrevistados, las cuales, por la tiranía del espacio en las revistas y diarios donde fueron originalmente publicadas, no pudieron ser incluidas. En ellas rezuma el toque poético de su prosa –deudora de la poesía que cultiva y que lo ha llevado a publicar varios poemarios anteriormente–. Por otra parte, el planteamiento de las preguntas y la acertada precisión de las notas a pie de página para informar o ubicar al lector sobre tal o cual libro, o tal o cual contexto, dan cuenta del buen lector que es, fruto de su buena formación literaria. De todas las entrevistas, todas ellas muy interesantes, las hechas a Tomás Eloy Martínez, José Watanabe y Laura Restrepo, a nuestro juicio, revelan cierta osmosis. En éstas se conjugan la levedad de la poesía, la literatura y el periodismo, y el conocimiento a profundidad de la obra literaria de sus entrevistados. Y de todas las preguntas hechas, la que hace a Mario Vargas Llosa –estoy seguro que la ha formulado él y no Jeremías Gamboa–, acerca de la mención amarga de Antonio Cornejo en La Utopía Arcaica (1996), tiene una explicación. Rabí estudió en San Marcos, donde la influencia de Cornejo en la Escuela de Literatura era sentida en sus aulas –aún lo es–. Él se formó con profesores que siguieron la estela señalada por este crítico en libros como Los universos narrativos de José María Arguedas, La formación de la tradición literaria en el Perú y otros sobre literaturas orales y heterogeneidad. Entonces la pregunta tiene un sabor a reclamo, tiene el propósito de reivindicar la imagen del maestro maltratado. Sin embargo, en ella hay una inexactitud. Se presenta el ensayo de Vargas Llosa sobre Arguedas como primera mala referencia del novelista respecto a Cornejo, cuando en realidad ya lo había tratado mal anteriormente en El pez en el agua (1993). Valga la precisión. Finalmente, Alonso Rabí ha dejado un libro para todo buen lector de literatura que quiera conocer un poco más sobre los escritores de cuyos libros guarda secreta admiración.
Freddy Molina Casusol
Lima, 12 de mayo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
"QUELOIDE", DE CARLA GARCÍA
ES un trabajo juvenil, de alguien que comunica sentimientos muy personales. Se llama “Queloide” porque es el nombre de su blog. Los relatos ...
-
CREO que fue Rosa María Palacios la que dijo que se había tirado un balazo en el pie por la publicación de su libro. Beto Ortiz escribe de...
-
FUE PINTADO en los años ochenta cuando los grupos de izquierda en San Marcos tenían la hegemonía política en el campus universitario. Exacta...
No hay comentarios:
Publicar un comentario