UN DÍA DE HACE muchos años la hija
del periodista Pedro Escribano le preguntó muy inocentemente al escritor Mario
Vargas Llosa: “¿Por qué no ha escrito libros para niños?”. A lo que él
contestó: “Porque es lo más difícil del mundo”. Eso es cierto. No todos los
días uno puede ver aparecer a un Lewis Carrol o a un Francisco Izquierdo Ríos
contando relatos tiernos como “El Bagrecico”. Sin embargo, como todo en la vida
siempre hay una excepción, aquí tenemos Érase una vez en el Reino del
Callao (2007). Ochenta y ocho pequeños escritores nos sorprenden con
historias de sapitos, gatos, perros, pajaritos, ratones, jirafas, loros,
cocodrilos y todo lo que ha podido entrar en su imaginación infantil. La
profesora Marianella Huamán Ramos, con mucho amor y devoción, y la
Dirección Regional del Callao han hecho posible esta publicación que,
de inmediato, al hojear sus páginas, nos ha devuelto a ese estado irreal de la
niñez cuando Pinocho, Hansel y Gretel, La bella
durmiente, El gato con botas, eran parte de nuestras vidas. Son
ciento siete relatos, todos llenos de ensueño, que la elección de uno para
comentarlo se hace difícil. De ellos, arbitrario yo, quiero escoger uno al
azar: “La cometa” de Sofía D. V. porque a mí, como a esta pequeña, un día,
cuando yo era niño –de eso hace mucho, pero muchos años–, vi cómo se fue
volando mi cometa y se rompió mi corazón.
Érase una vez en el Reino del Callao, una iniciativa editorial cuyo
ejemplo merece ser replicado por otros gobiernos regionales del país.
Freddy Molina Casusol
Lima, 14 de agosto del 2012
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