LO INTERESANTE de este libro es su enfoque: describe
en cinco enjundiosos ensayos cómo el fascismo se valió de la prensa para
difundir su pensamiento, así como sus relaciones con intelectuales y
empresarios que se dejaron seducir por la prédica de Mussolini en Brasil,
Argentina y Perú. El libro tiene una serie de revelaciones que vale la pena
leer. Escrito por investigadores ajenos al cubileteo político local, Fascistas
en América del Sur (Fondo de Cultura Económica, 2007), compilado por Eugenia
Scarzanella, actualiza el panorama sobre la presencia de los fascio en nuestros
países. Aunque no constituya ninguna novedad, para el caso peruano, enterarse
del fascismo de intelectuales como José de la Riva Agüero y Osma y Carlos Miró
Quesada Laos, sí lo es saber cómo fue observada esa conversión desde la mirada
de un extranjero. Del primero dice Luigi Guarneri –encargado del estudio sobre
el fascismo en el Perú– que “dio un sensacional viraje reaccionario en los años
treinta, abrazando el fascismo, en clave católica, antiliberal y «latina»”; y
del segundo evoca que era “hijo del propietario del periódico más importante de
Lima, El Comercio –órgano que apoyó de manera evidente el fascismo italiano–,
difundió y reseñó los escritos y discursos de Mussolini en las páginas del
periódico de su familia, y también vivió en Italia durante la segunda mitad de
los años treinta”. Las relaciones de presidentes como Oscar R. Benavides con el
fascismo, así como las del partido Unión Revolucionaria de Sánchez Cerro,
inspiradas en este, también son vistas por el autor. Pero quizás lo más
curioso, para los que gustan desenmarañar las redes del poder, constituya el
acápite dedicado al Nucleo di Propaganda en el que tuvo notoria importancia
Gino Salocchi, director del Banco Italiano, quien apoyó iniciativas de corte
cultural que incluyeron, en su momento, la donación del Museo de Arte Italiano
al Estado. La publicidad de las empresas italianas era asimismo la modalidad
por la cual el fascismo financiaba a la prensa peruana, asegurando así la
difusión de sus comunicados. La Crónica, El Universal y La Prensa fueron, aparte
de El Comercio, otros diarios que difundieron notas y artículos a favor de la
causa fascista, siendo La Crónica, según Guarneri, la que sostuvo la posición
italiana –a favor de la guerra de Italia contra Etiopía– y sus periodistas
“oportunamente financiados” en sus críticas a la Sociedad de Naciones –que
sancionó este hecho–. La compra de hombres de prensa, la activa participación
de la embajada italiana en el Perú y el apoyo de empresarios italo peruanos,
resaltan como conclusiones para explicar la difusión de la propaganda fascista
en el Perú de los años treinta. El papel que cumplió el diario Il Mattino
d’Italia en Argentina, como órgano de difusión del pensamiento fascista en el
continente, es examinado oportunamente en los trabajos de Vanni Blengino y
Eugenia Scarzanella respectivamente. En suma, en Fascistas en América del Sur,
el lector podrá encontrar una buena guía para adentrarse, vía la exploración
periodística, en las ideas de los camicie nere que amenazaron, mientras
tuvieron vigencia, revivir los esplendores de la Roma Imperial.
Freddy Molina Casusol
Lima, 29 de setiembre de
2011
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