jueves, 29 de septiembre de 2011

PRENSA Y FASCISMO EN AMÉRICA DEL SUR

LO INTERESANTE de este libro es su enfoque: describe en cinco enjundiosos ensayos cómo el fascismo se valió de la prensa para difundir su pensamiento, así como sus relaciones con intelectuales y empresarios que se dejaron seducir por la prédica de Mussolini en Brasil, Argentina y Perú. El libro tiene una serie de revelaciones que vale la pena leer. Escrito por investigadores ajenos al cubileteo político local, Fascistas en América del Sur (Fondo de Cultura Económica, 2007), compilado por Eugenia Scarzanella, actualiza el panorama sobre la presencia de los fascio en nuestros países. Aunque no constituya ninguna novedad, para el caso peruano, enterarse del fascismo de intelectuales como José de la Riva Agüero y Osma y Carlos Miró Quesada Laos, sí lo es saber cómo fue observada esa conversión desde la mirada de un extranjero. Del primero dice Luigi Guarneri –encargado del estudio sobre el fascismo en el Perú– que “dio un sensacional viraje reaccionario en los años treinta, abrazando el fascismo, en clave católica, antiliberal y «latina»”; y del segundo evoca que era “hijo del propietario del periódico más importante de Lima, El Comercio –órgano que apoyó de manera evidente el fascismo italiano–, difundió y reseñó los escritos y discursos de Mussolini en las páginas del periódico de su familia, y también vivió en Italia durante la segunda mitad de los años treinta”. Las relaciones de presidentes como Oscar R. Benavides con el fascismo, así como las del partido Unión Revolucionaria de Sánchez Cerro, inspiradas en este, también son vistas por el autor. Pero quizás lo más curioso, para los que gustan desenmarañar las redes del poder, constituya el acápite dedicado al Nucleo di Propaganda en el que tuvo notoria importancia Gino Salocchi, director del Banco Italiano, quien apoyó iniciativas de corte cultural que incluyeron, en su momento, la donación del Museo de Arte Italiano al Estado. La publicidad de las empresas italianas era asimismo la modalidad por la cual el fascismo financiaba a la prensa peruana, asegurando así la difusión de sus comunicados. La Crónica, El Universal y La Prensa fueron, aparte de El Comercio, otros diarios que difundieron notas y artículos a favor de la causa fascista, siendo La Crónica, según Guarneri, la que sostuvo la posición italiana –a favor de la guerra de Italia contra Etiopía– y sus periodistas “oportunamente financiados” en sus críticas a la Sociedad de Naciones –que sancionó este hecho–. La compra de hombres de prensa, la activa participación de la embajada italiana en el Perú y el apoyo de empresarios italo peruanos, resaltan como conclusiones para explicar la difusión de la propaganda fascista en el Perú de los años treinta. El papel que cumplió el diario Il Mattino d’Italia en Argentina, como órgano de difusión del pensamiento fascista en el continente, es examinado oportunamente en los trabajos de Vanni Blengino y Eugenia Scarzanella respectivamente. En suma, en Fascistas en América del Sur, el lector podrá encontrar una buena guía para adentrarse, vía la exploración periodística, en las ideas de los camicie nere que amenazaron, mientras tuvieron vigencia, revivir los esplendores de la Roma Imperial.

 

Freddy Molina Casusol

Lima, 29 de setiembre de 2011


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