domingo, 10 de marzo de 2024

40 MICRORRELATOS COVIDIANOS

“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”, es el cuento más célebre de Augusto Monterroso. No cabe más que en una sola línea. Raymond Carver es otro ejemplo, con el minimalismo, de la economía de las palabras. Esas oportunas afeitadas en sus relatos para que las elipsis hagan efecto, convocan la participación del lector. El haiku es otro modelo de brevedad. Borges apostaba por ella. Cuando le preguntaron qué opinaba de Cien años de soledad, respondió sarcásticamente que le sobraban cincuenta años, ¿no? Arreola es uno de los maestros del relato corto (ver Confabulario personal). Concisión, precisión e impacto figuran en su escudo de armas. Separar la paja del trigo, eso es el microrrelato. Becerra ha hecho suyo este axioma en sus 40 microrrelatos covidianos. Forzado al encierro por la pandemia se puso manos a la obra y dio forma letrada a ciertos acontecimientos que hirieron por esas fechas nuestra vida cotidiana. La impronta poética se deja sentir en sus sentencias. Lo inesperado, lo absurdo y la existencia cortada por la presencia invisible de un microbicho están allí. El autor ha tenido el ojo clínico para encapsular esos momentos claves. 40 microrrelatos es fruto de la madurez. La manzana tenía que caer ya para cumplir con la ley de la gravedad de Newton. Eureka.

40 microrrelatos covidianos

Hernán Becerra Salazar

Grupo Editorial Caja Negra

2021

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