domingo, 16 de octubre de 2011

BONDY Y OTROS RELATOS

MUY BUENOS, los cuentos de Juan Carlos Bondy son muy buenos, son de clara estirpe ribeyriana. Especialmente destacables son “Ayuda por teléfono” (que da nombre a la colección) y “Torres”, cuyas hilarantes escenas evocan las guerrillas literarias de nuestros narradores limeños. Bondy escribe bien, es pausado, tranquilo, no apura el ritmo de la prosa, se toma su tiempo, fuma su cigarrillo, deja que las frases se acomoden solas, reposa un momento y continúa el hilo del relato hasta darle la puntada final. Es una grata sorpresa en medio de una fauna de cuentistas insípidos y sosos. (Hasta el momento no surge un digno sucesor de Luis Loayza, o del propio Ribeyro). Llama la atención, por otra parte, que en los tres primeros cuentos de Bondy haya puesto como uno de los escenarios un diario, al cual dirigen sus cartas el profesor Mendoza, Carlos Torres y el protagonista de “Ayuda”, cuyo nombre tiene claras reminiscencias chilenas: El Mercurio. ¿Por qué? ¿Es que el autor de estos textos vivió en el país del sur y tuvo una grata estadía que ha querido inmortalizar ese recuerdo? ¿O es por puro afán lúdico? Del buen trato que tiene Bondy con el idioma, ya se tenía conocimiento en las páginas del desaparecido suplemento cultural de La Primera. Allí Bondy aparece como un buen redactor de notas culturales, provisto de un lenguaje cuidadoso que piensa en el lector y lo respeta. En Ayuda por teléfono y otros cuentos (Tierra nueva editores, 2009), ratifica esa impresión.

Flaco, silencioso, y hasta un poco enigmático, la figura de Bondy aparece replegada entre los no tan jóvenes narradores nacidos en la década del setenta –entre los que se encuentra Enrique Planas con Orquídeas en el Paraíso.

Finalmente, con Ayuda por teléfono, Juan Carlos Bondy no tiene motivos para mantenerse más en el anonimato. Es un buen narrador, con la salvedad de que debe desprenderse del aura de Ribeyro para expresar una voz propia, so pena de confundirse con su maestro. Eso creemos.


Freddy Molina Casusol
Lima, 16 de octubre de 2011

No hay comentarios:

LA GRAN USURPACIÓN

ME CAÍA muy mal Omar Chehade, exvicepresidente de Humala, pensaba que era un traidor por salir a atacar al expresidente y a su mujer, la señ...