Foto: Casa de la Literatura |
A VECES HAY ESTUDIANTES que saben más que sus
profesores. Este es uno de esos casos. Miguel Ángel Cavero, exestudiante de
Literatura de la Universidad Federico Villareal, desafió al destino y a su
profesor que se resistía a admitir que su alumno tuviera la razón en su
proyecto de investigación sobre Alfredo Castellanos, un autor desconocido.
¿Quién diablos era él?, pensaría. Mejor sería que dedicara sus esfuerzos a un
novelista o cuentista consagrado. Pero Cavero, terco, no lo hizo. Y con la
ayuda de la viuda del escritor, Esperanza Ruiz, desempolvó una serie de relatos
que merecían salir a la luz. Alfredo Castellanos, para quienes no lo saben, fue
uno de los mejores amigos de Julio Ramón Ribeyro. Ribeyro, que sabía largamente
más de literatura que el profesor de Cavero, apreciaba el talento de
Castellanos. De él, y de otro amigo de infancia, Pedro Perucho Buckingham,
afirmaba que eran “unos tipos bien dotados para la creación literaria que por
esas contradicciones que suelen darse en la vida tuvieron que abandonar tal
vocación para dar paso solo a los segundones”[1]. Ribeyro sabía bien lo que decía. Cavero, en
esta edición de Relatos Fantásticos de Castellanos, ha tenido
el buen tino de insertar “Crisálida”, uno de los cuentos más apreciados del
autor, incluido en la antología de El Cuento Peruano 1942-1958 hecha
por Ricardo González Vigil. Igualmente ha tenido la certeza de incluir dibujos
hechos por el propio Castellanos para acompañar los relatos que conforman la
serie, así como un total de seis fotos donde se ve al escritor con autores
reconocidos como Eleodoro Vargas Vicuña y críticos como el recientemente
desaparecido Carlos Eduardo Zavaleta. Abstracta, oscura e ilógica se puede
calificar la prosa de Castellanos; de la muestra presentada por Cavero queremos
destacar “Leutonio”, relato que, a nuestro juicio, no se puede incrustar
propiamente dentro de lo fantástico, sino del horror. Relatos
fantásticos de Castellanos, es un libro a tomar en cuenta por los
estudiosos de la literatura peruana que quieran ahondar en la psicología de un
personaje marginal de la generación 50, ninguneado por un profesor de
literatura que no supo reconocer lo que tenía entre manos uno de sus pupilos.
Freddy Molina Casusol
Lima, 18 de julio de 2011
Lima, 18 de julio de 2011
[1] Ver Las respuestas del mudo (Selección,
prólogo y notas de Jorge Coaguila), Iquitos, Tierra nueva editores,
2009, p. 53.
1 comentario:
Hola Freddy. Otra vez te leo. Y pese a lo previsible que puede ser para mí tus posiciones, creo que estas escribiendo mejor. Tus ensayos son un proceso de investigación y tu lenguaje es claro que hasta yo lo puedo entender. Algo que me llamo a la curiosidad es que no tienes comentarios. Es que de repente no difundes propiamente tu blog. Creo que tendrías algunos seguidores más si apelaras a hacer algo de publicidad. Tal vez podrias escribir algo en el FB, es más informal pero todo el mundo lo ve. Antonio Mendoza
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