lunes, 9 de julio de 2007

“MI FORMACIÓN ES ESTRUCTURALISTA” (Entrevista al cineasta José Carlos Huayhuaca)

Por: Freddy Molina Casusol y Fabricio Rebatta

Esta entrevista que realizamos Fabricio Rebatta y yo a José Carlos Huayhuaca, debe haber sido hecha en marzo, abril o mayo de 1991. Fue mi primera entrevista a un personaje del cine peruano y la única que hice al alimón con Fabricio. Nunca más pudimos hacer otra, a pesar que nos plantemos hacer otras tantas a directores de cine destacados como Armando Robles Godoy o Augusto Tamayo, creo. Recuerdo la ilusión que tenía de entrevistar a Huayhuaca. Lo había leído en su magnífico libro El enigma de la pantalla (1989), libro que compilaba sus ensayos de cine (y que el día que lo entrevistamos llevé y, por el nerviosismo, no le pedí que me lo autografiara). Todavía recuerdo con emoción los días previos a la entrevista en los que preparé mis preguntas para no caer en la improvisación. Tomaba a mi entrevistado muy en serio y no quería quedar mal parado con preguntas superfluas e irrelevantes. Él día de la entrevista nos recibió muy puntual, a las 7: 45 de la mañana, en su departamento de la Residencial San Felipe, en Jesús María. De baja estatura, ordenado y frugal, parecía el reflejo de un hombre acostumbrado a las exigencias de la disciplina diaria. Una vez frente a frente con la grabadora encendida, yo pensé que el tiempo que nos dispensaría iba a ser breve, pero para mi sorpresa vi que se explayó muchísimo. Yo lo dejaba hablar, mientras, con la respiración contenida, lo escuchaba versar sobre ciertos aspectos del cine de Federico García que me parecieron reveladores. Lo que conversamos aquella oportunidad –y que el diario El Peruano posteriormente publicó– lo (re)publico aquí, incluyendo el “gorro” periodístico que lo acompañó, para el goce cinéfilo del lector del cine nacional y los estudiosos de Huayhuaca que quieran conocer más de él.

Luego de publicar recientemente un libro dedicado a la figura de Martín Chambi, el cuidadoso cineasta José Carlos Huayhuaca vuelve a la palestra. Su película Profesión Detective lo consagró hace algunos años como uno de los más imaginativos realizadores, a la vez de más polémicos, con que cuenta nuestra todavía raleada cinematografía. En esta entrevista nos habla de diversos aspectos relacionados a su cine, el cine peruano y el próximo Encuentro de Cineastas Andinos, pronto a realizarse en la ciudad del Cusco.

A mediados del próximo mes, en el Cusco, se va a realizar un Encuentro de cineastas andinos, ocasión para colocar en el tapete la antigua discusión sobre este tipo de cine, acusado por la crítica de relegar a un último término el lenguaje cinematográfico y contener una concepción maniqueísta. ¿Qué reflexiones o nuevas percepciones nos puede ofrecer a la luz de los tiempos?
Nuevas percepciones me temo que ninguna, puesto que no he tenido ocasión de revisar estas películas en los últimos años. Lamentablemente, mi impresión de ellas data de hace muchísimos años, aún cuando la mantenga relativamente fresca, creo yo. Entonces solamente podría repetir las ideas que en algún otro lugar he publicado respecto a este movimiento del cine nacional, que fue muy importante porque estableció una ruptura respecto al cine que se venía haciendo en el Perú desde el año 1916 en adelante y en especial en los años 30 y 40; vale decir, de un cine de propósito exclusivamente comercial, sustentado en figuras de la radio en ese instante: Jesús Vásquez, el carreta Jorge Pérez, etc. , destinado, digamos a complacer el gusto popular e incluso populachero.

Respecto a este cine burdamente comercial, en el Cusco se crea este movimiento –la Escuela del Cusco– consistente en un conjunto heterogéneo irregular, pero sumamente interesante de documentales, pero más bien breves, que marcaban una diferencia fundamental, puesto que constituía un tipo de cine etnográfico, antropológico, social en última instancia. Ahora bien, estas pequeñas películas, no obstante la importancia que pudieran haber tenido y que tienen todavía, tienen también enormes limitaciones, la más clara de ellas me parece a mí, en la rudimentariedad de su lenguaje cinematográfico, hay que recordar la película fue hecha por gente con formación puramente fotográfica y no con formación narrativa, entonces la manera de exponer los motivos que ellos filmaban digamos la fiesta del Q’oyllur Riti o el rito de.... en fin, distintos ritos, lo hacían de una manera no del todo lograda.

Al ingresar en el género cómico, ¿cree Ud. que Federico García, con la Manzanita del diablo, cede el paso a la forma en desmedro del contenido en la estructura de sus films; o tal vez es esto consecuencia de los acontecimientos históricos contemporáneos, por ejemplo la caída de los socialismos reales, que lo obliga a una nueva recomposición conceptual en la narrativa cinematográfica?
En el caso de Federico, en relación con los puntos que la pregunta propone es sumamente interesante y yo no lo tengo muy claro todavía, supongo que una conversación con él contribuiría a aclarar estos puntos que, repito, son importantes. En todo caso yo veo la cosa de esta manera: en el ensayo que yo escribí sobre su cine, que es un ensayo que data de hace muchos años, el año 81 y 80, si no recuerdo mal, ubicaba sus trabajos dentro de una de las corrientes que en ese instante se podían más o menos perfilar en el exiguo cine peruano, pero desde entonces para esta parte, las cosas han cambiado mucho al margen de Federico García o sea en el cine peruano, o si uds. prefieren en el cine limeño las cosas han cambiado mucho, de tal forma que el cine ya no se puede dividir como se hacía en ese instante, en el cine urbano y cine campesino. El cine campesino prácticamente ha desaparecido, sino se divide en géneros. Ahora hay cine policial, cine melodramático, cine histórico, etc., etc. Esta nueva situación del cine peruano explica a mi modo de ver el hecho que Federico García, entre otros cineastas, comiencen a cultivar el cine de género. En este caso, él ha abordado un género establecido y conocido por todos nosotros que es la comedia, cuán bien o mal lo ha hecho no viene a cuento. Ahora bien, no podríamos ignorar que otros de los factores explicativos de su incursión en este nuevo campo es como usted bien ha señalado, digamos, los cambios que han sufrido los países de la órbita socialista, pero en qué sentido, no tanto en un sentido ideológico a mi modo de ver, o tal vez también en ese sentido, pero yo no lo sé de cierto, sino sobre todo en un sentido, podríamos llamarle material o si Uds. prefieren infraestructural. Quiero decir que Federico García, como todos sabemos, había sido el beneficiario de una relación con Cuba, no sólo suya sino de otros cineastas, también legítima.

Por otro lado, no se trata de censurar esa relación, una relación con Cuba que le permitía hacer una serie de películas. Él es el cineasta más prolífero en el Perú en este momento, con apoyo cubano y con escaso dinero local. El apoyo cubano era masivo a nivel de laboratorio, de producción, de equipos de filmación, etc., etc. Yo pienso que una de las razones que explica este giro que ha tomado él no es solamente la situación general del cine peruano, sino también su relación particular con Cuba, y Cuba como todos sabemos sufre las consecuencias del nuevo giro que han tomado los países socialistas, la catástrofe económica que han terminado por manifestar se refleja en el estado de cosas como el apoyo que podían haber dado antes a la cinematografía de otros países latinoamericanos, en este caso han tenido que cortarle fondos necesariamente porque ni ellos mismos pueden con su propia alma.

¿Por qué Ud., a diferencia de otros cineastas cuzqueños, no optó por un cine andino o de referente andino?

A mí me pasa lo que a muchos supongo, y es que la mayor parte de las películas están encarpetadas, pues no he tenido tiempo la ocasión, lamentablemente, de hacer todo lo que hubiera querido hacer. Por razones puramente financieras, no he conseguido el socio que me complemente en ese aspecto, y yo no tengo mucha habilidad para esas cosas, me concentro en los problemas puramente artísticos, en fin ese es otro asunto, con esto solamente quiero explicar que entre los muchísimos proyectos que pude haber hecho y que tengo la esperanza de hacer en el futuro, sin duda hay películas que tratan del mundo andino, sino que me parece que hablan desde ese punto de vista.

¿Qué opinión tiene de la cultura chicha y por ende del cine de este género?

El concepto es un poco gaseoso, porque si la cultura chicha significa una cultura mestiza, es uno de los aspectos de la palabra, es decir hibridiza distintas personalidades sociales, distintas culturas, razas, maneras, etc., etc., a mí me parecería un valor la chicha, si es que significara esto; me temo sin embargo que no significa eso, salvo en algunos casos, lo que significa una manera de proceder caracterizada por la improvisación, la falta de brújula, la amalgama y la mescolanza ecléctica y sincrética de modos de pensar que no son coherentes entre sí, la viveza criolla, el afán de supervivencia sin rigor, sin planteamiento, el vivir sin pensar en el mañana y mucho menos en el pasado mañana.

¿Cuál de éstas es la verdadera acepción de la cultura chicha? Yo me temo que las dos de alguna manera, entonces mi respuesta sería que si desciendo y me identifico con la vertiente mestiza de este concepto, y rechazo y me distancio de este otro aspecto medio criollo –entre comillas– que tiene la palabra.

En cuanto al cine creo solamente existe una manifestación que es la filmada por J.C. Torrico, lamentablemente no tuve ocasión de ver la película, pero me parece interesante, por lo menos mucho más interesante que otras cosas, es probable incluso que lo que hace J.C. Torrico, y probablemente siga haciendo por lo que he escuchado, es más interesante que la Manzanita del diablo, porque la Manzanita del diablo es un anécdota urbana, tomada con espíritu medio turístico, medio superficial, en tanto que la película de J.C. Torrico manifestaciones de esto que se llama la cultura chicha precisamente y por lo menos en ese sentido tiene un valor documental, a pesar de ser un cine de ficción, malo o bueno ya ese es otro problema porque no la he visto, pero aún cuando, digamos, balbuceante, continúa siendo interesante, puesto que recoge un aspecto central de nuestra realidad, en cambio la Manzanita del diablo recoge pasajes turísticos.

El cine peruano ha visto limitadas sus posibilidades de desarrollo debido a las modificaciones ocasionadas en la Ley de Cine. Al parecer ya no es rentable hacer cortos. Si entendemos que el paso de un futuro realizador pasa irremediablemente por un aprendizaje en el corto, ¿qué peligros se pueden presentar con este tipo de dificultades en el futuro del cine nacional?

Bueno, en efecto, los cortometrajes han servido para una buena parte de los cineastas peruanos en actividad como una especie de escuela de aprendizaje cinematográfico, por lo menos en mi caso es radicalmente cierto puesto que antes de hacer cortometrajes para el mercado interno, yo no había ni siquiera mirado por el visor de una cámara y creo es el caso de muchísimos otros, incluido Lombardi, el propio García y en fin, mucha gente más; ya se que hemos perdido esa posibilidad pero no creo que las cosas no sean tan, tan graves, creo que en efecto convendría que el cortometraje continúe vivo porque sigue siendo el mejor modo de entrenarse en los diversos aspectos de este trabajo, pero en cambio creo que hay alguna alternativa ahora, alternativa que no había en el momento que yo me metí a trabajar, que son los estudios universitarios. Cuando nosotros comenzamos a principios de los años 70, los estudios universitarios casi no tenían la asignación de cinematografía, como si no fuera de un modo teórico, como el caso de la U. de Lima, donde los estudiantes estudiaban en una Facultad de Cine, pero estudiaban una cosa un poco para ser críticos de cine, no para ser realizadores; ahora en cambio las cosas han cambiado y en la propia U. de Lima donde yo enseño y tengo un contacto directo puedo darle fe que los estudiantes practican y aprenden su profesión, de una manera bastante aceptable, y que los estudiantes que egresan de ahí son capaces de expresarse con el lenguaje televisivo, cinematográfico, radial y periodístico de una forma bastante decorosa, de tal modo que la perdida del corto, siendo eso, una perdida que debemos lamentar, no significa, sin embargo, un yermo.

Luego de Profesión Detective no tiene en su haber otra realización. ¿Qué nuevos proyectos, nuevas ideas tiene en mente José Carlos Huayhuaca?
No es exacto que lo último que haya hecho sea Profesión Detective, no es exacto, después de eso he hecho dos cosas más, una se llama Cuando el mundo oscureció, un documental antropológico de una hora de duración financiado por una productora cubana del exilio, norteamericana en última instancia, que ganó el premio del Festival de Cine Antropológico Mundial en Nueva York, digamos ese es un trabajo del año 88; también he hecho un especial de TV pero filmado, que fue Rosa de América y se pasó en cinco capítulos, ese el año 89, o al revés, ya no me acuerdo, en todo caso esos fueron los dos últimos trabajos, desde entonces, eso sí, no he podido hacer absolutamente nada más, salvo haber filmado en la Universidad; claro, pero es otra cosa en el campo del cine, lo cual no significa que no tenga proyectos, los tengo desde hace muchos años, uno que ha estado por salir tres veces y no sé que maldición gitana tiene encima que no puede salir, en todo caso, ese proyecto encarpetado, y tengo la esperanza de que salga, probablemente no este año tampoco, sino el próximo. Para este año estoy planeando volver a la TV con una serie de ficción que no tiene nombre todavía, pero que ya he escrito 30 capítulos, que probablemente salga.

En su ensayo sobre Werner Herzog, utiliza elementos de análisis de la antropología estructural. ¿Hasta qué punto ha influenciado en su producción intelectual la corriente estructuralista encarnada en Levi-Strauss como uno de sus máximos exponentes?
Probablemente ha influido mucho, como a todos los.... vamos a llamarnos con una palabra muy solemne, a todos los intelectuales de mi edad, porque nosotros nos hemos formado a lo largo de los años 60 y 70, especialmente los años 70, y como Uds. saben en los años 60, finales de los 60 y todos los años 70, fueron los años de la expansión del credo estructuralista, de tal forma que no me salvé de haber sido influenciado por ellos: o lo que si creo es que fui influido por los sustantivo del pensamiento estructuralista y no por lo adjetivo, porque este pensamiento fue tan vocinglero y tan barroco y finalmente tan degenerado, que ahora tiene que cuidarse mucho de asociarse a él. Por consiguiente si hago esa distinción, creo que me he formado gracias a los aportes de los más serios pensadores estructuralistas y para decirlo con más concreción yo he bebido del padre de todos ellos, que es Claude Levi Strauss, con muchísimo interés, con gran aprecio que mantengo hasta hoy día. Yo todavía releo sus libros y les aseguro que no han perdido en absoluto validez, por lo menos en las partes, digamos más generales que tiene, puesto que yo no soy antropólogo de profesional mal podría juzgar sus aportes técnicos, pero si me parece que su filosofía y su escritura inclusive, porque es un espléndido escritor, un estilista maravilloso, han influenciado en mí y espero que para bien.

Finalmente, ¿ se volverá a ver en nuestras pantallas Profesión Detective?
Mira, no lo sé, a quien habría que preguntarle es a la gente de Chaski, que son quienes tienen la película.

*Publicado en Revista, suplemento cultural de El Peruano, Lima, 4 de junio de 1991.

http://farm1.static.flickr.com/138/326418696_7524a8914e_o.jpg





1 comentario:

Fabricio Rebatta dijo...

Saludos Freddy, bienvenido al bloguerespacio

UNA TESIS SOBRE YEROVI

HAY tesis que se convierten en libros como esta de Paulo Piaggi sobre el destacado dramaturgo Leonidas Yerovi, o como la que no muy reciente...